Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha reinstalado en la Oficina Oval su famoso botón rojo utilizado para pedir Coca-Cola Light, un objeto que durante su primer mandato generó curiosidad y especulación. La revelación se hizo pública durante una entrevista con la presentadora de Fox News, Laura Ingraham, quien recibió un recorrido exclusivo por la oficina presidencial. Durante la conversación, mientras discutían la decoración y criticaban a su predecesor Joe Biden, Trump mostró el botón con orgullo, provocando una mezcla de sorpresa y humor.
Cuando Ingraham preguntó por el icónico botón, Trump no dudó en señalarlo y bromeó diciendo: «Todos creen que es la bomba nuclear… pero no parece funcionar de esa manera». Esta referencia hace eco de las anécdotas de su primer mandato, donde disfrutaba haciendo creer a los visitantes que el botón estaba relacionado con el arsenal nuclear estadounidense, generando cierta inquietud entre los más desprevenidos. Sin embargo, lejos de estar conectado a decisiones bélicas, el botón tiene una función más trivial: llamar al personal para que le sirvan su bebida favorita.
En la misma entrevista, Trump también mostró los cambios decorativos en la Oficina Oval, incluyendo detalles dorados y querubines traídos desde su residencia en Mar-a-Lago. Según el mandatario, estos toques representan «buena suerte» y reflejan su conocida preferencia por un estilo opulento. Destacó especialmente una pintura dorada que, según él, nadie había logrado igualar en realismo hasta ahora. Estos ajustes decorativos han sido interpretados como una reafirmación del estilo personalista de Trump, quien ha dejado una huella inconfundible en la Casa Blanca.
La conversación no se limitó a las excentricidades decorativas, ya que Trump aprovechó la ocasión para reiterar su postura crítica hacia Canadá. Afirmó que el país vecino es «uno de los más difíciles con los que tratar» y sugirió, con su tono provocador, que debería convertirse en «el estado número 51» de Estados Unidos. Criticó duramente al ex primer ministro Justin Trudeau, a quien llamó «Gobernador Trudeau», acusándolo de ser «desagradable» y de no decir la verdad en las negociaciones comerciales. Además, insistió en que Canadá impone aranceles del 250% a los productos estadounidenses, afectando a los agricultores del país.
Estas declaraciones se producen en un momento de alta tensión política, donde Trump mantiene un sólido respaldo de su base electoral, mientras que sus críticos lo acusan de manejar la política exterior con un enfoque populista y confrontativo. El regreso del botón rojo simboliza, para muchos, la teatralidad característica de su mandato y su capacidad para atraer la atención mediática con gestos extravagantes.
Al final de la entrevista, Ingraham reaccionó con humor al descubrir el botón, mientras Trump continuaba disfrutando de la situación. Este peculiar objeto, más allá de su función práctica, refleja el estilo distintivo del mandatario, quien parece decidido a mantener su enfoque singular en la Oficina Oval, indiferente a las críticas y siempre dispuesto a dejar su marca personal.