El cardenal Angelo Becciu, quien fuera una de las figuras más influyentes del Vaticano, no podrá participar en el próximo cónclave que elegirá al nuevo papa, luego de ser vetado directamente por el pontífice Francisco. A pesar de su insistencia en que era su deber formar parte del proceso, Becciu comunicó este martes su decisión de obedecer la determinación del Papa, afirmando que lo hace “por el bien de la Iglesia” y para preservar la serenidad del proceso.
Becciu, de 76 años, fue condenado por malversación en el escándalo de una operación inmobiliaria en Londres que causó un fuerte golpe a las finanzas y a la imagen de la Iglesia católica. Aunque aún conserva su título de cardenal y participa en las reuniones preparatorias, está formalmente excluido de la lista oficial de electores.
La decisión fue confirmada por el cardenal Pietro Parolin, quien presentó al italiano dos cartas firmadas por el papa Francisco —una de 2023 y otra más reciente— en las que se le notificaba su exclusión. El escándalo por el que Becciu fue procesado gira en torno al uso indebido del Óbolo de San Pedro, una colecta destinada a obras de caridad, en la compra de un lujoso edificio en Londres.
Su condena de cinco años y medio de prisión lo convirtió en el funcionario de más alto rango de la Iglesia católica en comparecer ante el Tribunal Penal del Vaticano. Este caso se enmarca dentro de las reformas financieras impulsadas por Francisco desde su llegada al papado, en un intento por limpiar las estructuras económicas del Vaticano. La figura de Becciu, quien llegó a ser considerado «papable», quedó completamente relegada desde 2020, cuando el pontífice lo obligó a renunciar y le retiró sus privilegios.