En medio de la madrugada en Baltimore, Estados Unidos, un buque de carga de 300 metros de longitud colisionó con el puente Francis Scott Key, desencadenando una tragedia que se cobró la vida de al menos seis personas, entre ellas migrantes de origen hispano, que realizaban labores de bacheo en el momento del incidente.
Según informes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, entre los desaparecidos se cuentan ciudadanos mexicanos, guatemaltecos y salvadoreños. Las autoridades estadounidenses dieron por muertos a los desaparecidos tras una extensa búsqueda, señalando que las condiciones no permiten albergar esperanzas de encontrarlos con vida.
El buque, operado por la empresa Synergy Marine con bandera de Singapur, reportó una pérdida de propulsión, lo que provocó el choque contra la estructura del puente. Aunque ninguno de los 22 miembros de la tripulación resultó herido, el personal que trabajaba en el puente sufrió las consecuencias del impacto.
Las víctimas, empleadas de la empresa Brawner Builders Inc., realizaban labores de bacheo y reparación del pavimento en el centro del puente en el momento del accidente. Entre ellos se encontraban trabajadores originarios de Guatemala, Honduras, El Salvador y México, revelando la diversidad de afectados por esta tragedia.
El gobernador de Maryland, Wes Moore, destacó que la llamada de emergencia emitida por el buque, conocida como mayday, permitió a los trabajadores en tierra tomar medidas para detener el tráfico vehicular y reducir el número de víctimas.
Esta trágica colisión deja en su estela un doloroso recordatorio de los riesgos que enfrentan los trabajadores migrantes mientras desempeñan sus labores, y subraya la importancia de la seguridad en el lugar de trabajo y la cooperación internacional para prevenir este tipo de desastres.