La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) intensificó sus protestas este lunes con bloqueos en puntos neurálgicos de la Ciudad de México, incluyendo las sedes del Instituto Nacional Electoral (INE), la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de Educación Pública (SEP). La jornada fue parte de una estrategia que forma parte de la huelga nacional que el magisterio disidente mantiene desde hace semanas, exigiendo el cumplimiento de demandas históricas.
A partir de las 9 de la mañana, los bloqueos comenzaron a generar afectaciones importantes, y la CNTE advirtió que el plantón instalado en el Zócalo capitalino no será levantado hasta recibir una respuesta satisfactoria por parte del gobierno federal. Para el martes se anunció la toma de instalaciones de bancos como Banorte, Banco Azteca y Coppel, que administran fondos de pensiones, como parte de las medidas de presión.
En un ambiente de tensión, los líderes del movimiento señalaron que el gobierno ha abandonado el diálogo y ha incumplido compromisos previos, como la abrogación de la Ley del ISSSTE, promesa hecha por la presidenta Claudia Sheinbaum en campaña. Filiberto Frausto Orozco, dirigente de la sección 34 de Zacatecas, acusó a la administración federal de mostrarse represiva y de promover una campaña mediática en su contra para deslegitimar la protesta. La Secretaría de Gobernación, por su parte, llamó al magisterio a regresar a la mesa de diálogo, subrayando la urgencia de evitar que más de un millón de niñas y niños de estados como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Zacatecas sigan sin clases.
Mientras tanto, la CNTE continuará con su Asamblea Nacional Representativa, donde se definirán nuevas acciones de lucha. En medio del bloqueo y la paralización de servicios, el conflicto se mantiene sin solución a la vista y con un ambiente cada vez más polarizado, mientras la ciudadanía resiente las afectaciones cotidianas de una protesta que se radicaliza ante la falta de respuestas gubernamentales.









