La justicia británica rechazó dejar en libertad bajo fianza a Julian Assange, a la espera de que Estados Unidos recurra la decisión de no extraditarlo, pese a que sus abogados aseguraron que el fundador de WikiLeaks no huiría a México, país que le ofreció asilo.
Dos días después de su primera victoria judicial, cuando invocando el riesgo de suicidio si se encontrase bajo en el sistema penitenciario estadounidense, una jueza londinense decidió no entregarlo a ese país, pero Assange vio frustrada su ambición de recuperar la libertad de la que ha estado privado durante más de ocho años.
“Estoy convencida de que hay razones para creer que si el señor Assange es puesto en libertad hoy no se presentará en la Corte para hacer frente a los procedimientos de apelación”, afirmó la jueza.
Como argumento contra su liberación, la fiscalía había puesto de relieve que el australiano, de 49 años, dispone de los “recursos” para huir y señaló la oferta de asilo político hecha por México el mismo lunes 4 de enero, en cuanto se supo que el Reino Unido rechazaba entregarlo a Estados Unidos.
El abogado de la defensa, Edward Fitzgerald, defendió que se malinterpretaron las palabras del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, cuya oferta se aplicaría solo al final de todo el proceso y que en ningún caso le abrió las puertas de su embajada en Londres.
En 2012, Assange se refugió en la embajada de Ecuador en la capital británica vulnerando una libertad bajo fianza impuesta por la justicia inglesa a la espera de examinar una petición de extradición a Suecia, que lo reclamaba por violación, cargos que fueron desestimados desde entonces.
Allí vivió refugiado durante siete años hasta su espectacular detención por la policía británica en abril de 2019, cuando el presidente Lenín Moreno le retiró el apoyo que le había concedido su predecesor Rafael Correa.
Desde entonces, el australiano se encuentra recluido en la prisión londinense de alta seguridad de Belmarsh.
Estados Unidos, que quiere juzgarlo por espionaje a raíz de la publicación de unos 700 mil documentos militares y diplomáticos secretos, notificó al tribunal su intención de apelar la decisión británica de no extraditarlo.