En México, tres de cada diez estudiantes de entre 12 y 17 años sufrieron bullying en 2022, lo que representa a 3.3 millones de adolescentes víctimas de acoso escolar, una problemática que sigue creciendo y que hoy enciende alarmas en todo el país. Los datos provienen de la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM) y los registros de la Secretaría de Salud, los cuales revelan que solo en 2023, 943 menores de entre uno y 17 años fueron atendidos en hospitales por agresiones físicas en escuelas.
De ellos, el 64.1% eran hombres y el 35.9% mujeres. La mayoría de los casos se concentró en adolescentes de 12 a 17 años, aunque también se identificaron víctimas desde los cinco años de edad. Las entidades con más reportes fueron Estado de México, Ciudad de México y Guanajuato, donde se concentran dos de cada cinco casos de violencia escolar física.
La situación es más alarmante cuando se consideran los datos de violencia sufrida por estudiantes indígenas (38 casos) y con discapacidad (7 casos) también en entornos escolares. Según la Mejoredu, en secundaria al menos una quinta parte de los estudiantes ha sufrido agresiones, y en primaria más de la mitad de los docentes afirma que existe intimidación o abuso verbal en sus grupos.
Sin embargo, aunque cuatro de cada cinco maestros consideran su responsabilidad garantizar un ambiente seguro, no siempre actúan ante la violencia. Además, informes de la Unesco indican que la mayoría de los docentes no recibió formación suficiente para detectar todos los tipos de acoso, especialmente el psicológico. A nivel mundial, este 2 de mayo se recuerda el Día contra el Bullying, fecha en la que se estima que 246 millones de menores son víctimas de acoso escolar.
Mientras tanto, en México, la violencia dentro de las escuelas continúa sin ser plenamente atendida, con consecuencias graves, como la reciente muerte de un joven estudiante del CCH Naucalpan, quien se desmayó durante un evento cultural y falleció posteriormente en el hospital, dejando consternada a toda su comunidad académica. La urgencia de intervenir y prevenir el acoso escolar es más evidente que nunca.