La demanda de Blake Lively contra Justin Baldoni está viviendo su propio giro de telenovela.
Comenzó como una batalla judicial llena de acusaciones graves, pero ahora se está desmoronando en medio de evasivas, papeles legales y solicitudes de historial médico que harían sudar hasta al más curtido de los abogados.
Ahora, Lively ha decidido retirar algunos cargos. ¿Se trata de remordimiento genuino o una estrategia para evitar que escarben en sus notas de terapia? La estrella de ‘Gossip Girl’ parece estar reculando justo cuando la cosa se estaba poniendo interesante.
Y no es porque se haya reconciliado con Baldoni en una fiesta hollywoodense. Es porque el director y su equipo legal pidieron algo que nadie famoso quiere soltar: acceso a sus registros médicos.
¿CÓMO INICIÓ EL PLEITO? El drama comenzó cuando Justin Baldoni, director de ‘Romper el Círculo’, demandó al New York Times por difamación, acusando al medio de publicar un artículo “malintencionado”.
A raíz de esto, Blake Lively presentó su propia demanda federal en diciembre, acusando al director y al productor Jamey Heath de acoso sexual, campaña de difamación y otras delicias jurídicas.
Baldoni no se quedó callado y devolvió el golpe, acusándola a ella (y a su esposo Ryan Reynolds) de extorsión y difamación, exigiendo 400 millones de dólares por daños.
Hasta ahora, hay seis demandas activas entre las partes. Ya solo falta que alguien demande al juez por estrés judicial.
¿RETIRARÁ CARGOS CONTRA BALDONI? Lo hará pero con condiciones que harían suspirar a cualquier guionista de Netflix.
Blake está intentando dejar atrás dos de los cargos más polémicos de la demanda contra Justin Baldoni: por infligir intencionalmente angustia emocional e infligir negligentemente angustia emocional..
Sin embargo, no quiere hacerlo “con prejuicio” (es decir, de forma definitiva), sino “sin prejuicio”, lo que le permitiría reactivarlos en el futuro.
De acuerdo con el reclamo de Lively, a manos de Baldoni padeció: “Angustia emocional severa y dolor, humillación, vergüenza, menosprecio, frustración y angustia mental.” La defensa de Baldoni no está encantada con esta maniobra.
Según su postura, Lively no puede evitar entregar sus registros psiquiátricos y al mismo tiempo mantener la puerta abierta para volver a demandar cuando le plazca. Así que ahora el juez tendrá que decidir: ¿obliga a Lively a entregar sus documentos privados o la deja ir sin cerrar la puerta legal?










