Médicos refuerzan información y prevención para evitar contagios en la población derechohabiente.
El aumento de las temperaturas ha llevado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a fortalecer sus estrategias preventivas contra la hepatitis, una enfermedad cuya propagación se ve favorecida por el calor.
El personal médico de consulta ha recibido instrucciones para sensibilizar a los derechohabientes sobre los riesgos de esta enfermedad y proporcionar recomendaciones clave para su prevención.
Desde la dirección del Hospital General de Zona (HGZ) No. 11, se ha intensificado la difusión de información sobre la hepatitis, un padecimiento que afecta al hígado, causando inflamación, dolor y obstrucción en el flujo de bilis, lo que interfiere con la eliminación de toxinas en la sangre.
Existen tres tipos principales de hepatitis: A, B y C. La hepatitis A es considerada la más benigna, ya que con un tratamiento adecuado los pacientes pueden superarla sin mayores complicaciones.
La hepatitis C, si no se detecta y trata a tiempo, puede generar problemas de salud graves a largo plazo. Por otro lado, la hepatitis B es la más peligrosa a corto plazo y requiere atención médica inmediata.
“La hepatitis es causada por distintos virus presentes en el ambiente. La más común es la de tipo A, altamente infecciosa, cuyo contagio ocurre por vía oral y fecal, a través de alimentos como los mariscos o el consumo de agua contaminada”, señala un boletín del IMSS.
Los principales síntomas de la hepatitis incluyen pérdida del apetito, malestar general, fatiga, náuseas y diarrea. Además, quienes la padecen pueden presentar ictericia, es decir, un tono amarillento en la piel y los ojos.
El diagnóstico se confirma mediante un análisis de sangre, seguido de pruebas específicas para determinar el tipo de virus que afecta al hígado, lo que permite un tratamiento oportuno y efectivo.