Una nueva ola de violencia carcelaria en Ecuador ha dejado al menos 18 reclusos muertos en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil.
El enfrentamiento entre bandas criminales se prolongó durante varios días, llevando al gobierno a decretar el estado de excepción en todas las cárceles del país.
En respuesta a la situación de crisis, un contingente de 2,700 policías y militares ingresó a la prisión para retomar el control y restablecer el orden. El presidente Guillermo Lasso destacó la determinación del Estado para poner fin a la violencia y mantener la seguridad dentro del centro penitenciario.
Desde febrero de 2021, las prisiones ecuatorianas han sido escenarios recurrentes de matanzas y violencia, con más de 420 reclusos asesinados. Las bandas criminales han convertido las cárceles en centros de operaciones para el narcotráfico, generando un ambiente de terror y violencia.
La situación es preocupante, y el gobierno se enfrenta al desafío de contener la violencia y mejorar las condiciones en las cárceles. El narcotráfico sigue siendo un problema creciente en Ecuador, ubicado entre dos de los principales productores mundiales de cocaína, Colombia y Perú.
Con el estado de excepción en vigor por 60 días, las autoridades buscan recuperar el control de las prisiones y garantizar la seguridad de los reclusos y del personal penitenciario. Es esencial tomar medidas firmes para abordar las causas subyacentes de la violencia y la sobrepoblación carcelaria, a fin de prevenir futuros brotes de violencia en el sistema penitenciario ecuatoriano.