El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha iniciado su primer viaje internacional desde que asumió nuevamente el poder el pasado 20 de enero. Este viernes, el mandatario partió rumbo a Roma acompañado de su esposa Melania, con el objetivo de asistir al funeral del Papa Francisco, quien falleció el lunes 21 de abril a los 88 años debido a un derrame cerebral.
La ceremonia fúnebre, que se celebrará el sábado 26 de abril a las 10:00 a.m. en la Plaza de San Pedro, será presidida por el cardenal Giovanni Battista Re y contará con la presencia de líderes de todo el mundo, muchos de los cuales han tenido desencuentros diplomáticos con Trump en el pasado. Pese al carácter solemne de la ocasión, el presidente estadounidense anticipó que mantendrá varias reuniones bilaterales al margen del evento, aunque no reveló con quiénes.
El cuerpo del Papa Francisco ha estado expuesto desde el miércoles en la Basílica de San Pedro, donde más de 150 mil fieles se han congregado para darle el último adiós. Luego de la misa, el féretro será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, donde será sepultado según su voluntad. La muerte del Papa Francisco marca el cierre de una era profundamente influyente para la Iglesia Católica, y su funeral ha generado una movilización global tanto de fieles como de dirigentes mundiales.
La presencia de Trump en este evento subraya la importancia simbólica de su asistencia, no solo como gesto diplomático, sino también como un momento para reconectar con el escenario internacional tras su retorno al poder. Esta visita podría tener repercusiones más allá del protocolo, especialmente si logra encuentros clave con figuras de peso global.