Donald Trump volvió a agitar el panorama internacional al sugerir que Canadá se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos a cambio de acceso gratuito al sistema de defensa antimisiles “Cúpula Dorada”. Durante un discurso reciente, el expresidente ofreció eximir a Canadá del costo estimado de 61 mil millones de dólares que supondría adherirse al programa, siempre y cuando el país se anexara formalmente a EE.UU. “Si son parte de nosotros, será gratis”, escribió en su red Truth Social, asegurando incluso que “están considerando la oferta”.
La propuesta se da en el marco de la construcción del sistema “Cúpula Dorada”, un ambicioso proyecto de defensa aérea que Trump espera culminar en 2029. Inspirado en la “Cúpula de Hierro” israelí, busca blindar el territorio estadounidense frente a ataques con misiles, aunque expertos advierten sobre los elevados retos técnicos y políticos de su implementación.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, reconoció que se han mantenido conversaciones sobre seguridad con EE.UU., pero rechazó categóricamente la idea de una anexión, recordando que Canadá “nunca estuvo en venta”. A pesar de la histórica alianza entre ambos países a través del NORAD y el T-MEC, la insinuación de fusionar naciones ha generado desconcierto tanto en Ottawa como entre diplomáticos internacionales.
Aunque la integración política es altamente improbable y carece de precedentes modernos, la declaración ha reavivado debates sobre los límites del discurso populista, especialmente cuando se relacionan temas de defensa con propuestas de anexión. Analistas señalan que la retórica de Trump, en plena campaña hacia las elecciones de 2024, busca reforzar su imagen de líder firme en seguridad nacional, incluso a costa de tensar las relaciones con socios tradicionales.