El estado de Texas ha interpuesto una demanda contra la compañía petrolera británica Shell debido al incendio ocurrido en su planta petroquímica y refinería cercana a Houston en mayo pasado.
La demanda alega daños ambientales y busca daños monetarios no especificados superiores a un millón de dólares, así como reparaciones relacionadas con supuestas violaciones ambientales en el sitio de Deer Park. Según el estado, el incendio provocó la liberación de una “cantidad masiva” de contaminantes al aire y la descarga ilegal de aguas residuales en cuerpos de agua cercanos.
Durante los esfuerzos para extinguir el incendio, se utilizaron grandes volúmenes de agua para enfriar partes de la instalación química de Shell, lo que resultó en la descarga ilegal de más de 260 millones de litros de aguas residuales en áreas circundantes. El estado también acusa a Shell de permitir que volúmenes adicionales no especificados de aguas residuales excedieran los límites permitidos a través de una instalación de tratamiento de agua.
El incendio, que ocurrió el 5 de mayo, generó emisiones significativas de contaminantes en el aire, así como descargas de aguas residuales. Shell ha respondido diciendo que está al tanto de la demanda, pero no comenta sobre litigios pendientes. La compañía afirma su compromiso con la seguridad y el bienestar de los trabajadores y las comunidades cercanas. Además de la demanda estatal, Shell también enfrenta demandas privadas presentadas por empleados y contratistas que alegan haber sufrido lesiones y exposición a vapores químicos nocivos durante el incendio. Este incidente resalta las preocupaciones sobre la seguridad y el manejo ambiental en la industria petroquímica, especialmente en situaciones donde los derrames y emisiones pueden tener consecuencias graves para la salud humana y el medio ambiente.