El Senado mexicano, con mayoría de Morena y sus aliados, aprobó en comisiones la reforma que elimina siete órganos autónomos, a pesar de las inconsistencias legales que presenta la propuesta. Entre las instituciones que desaparecerán están el Instituto Nacional de Transparencia, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y la Comisión Federal de Competencia Económica, cuyos roles serán absorbidos por dependencias gubernamentales como la Secretaría de Economía y la Secretaría de Energía.
Uno de los principales errores detectados es la contradicción sobre el destino de las funciones del IFT. Mientras que la reforma establece que estas pasarán a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal señala que serán responsabilidad de la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. Esta discrepancia refleja la prisa con la que se ha impulsado la reforma, priorizando su aprobación sobre la corrección de estos detalles.
Legisladores de oposición, como la priista Claudia Anaya, advirtieron que la reforma no solo contiene errores técnicos, sino también contradicciones con otras disposiciones constitucionales. A pesar de estas críticas, el dictamen avanzó con 25 votos a favor y 11 en contra en comisiones y se espera que sea aprobado por el pleno del Senado, para luego ser avalado por al menos 17 congresos locales.
Morena ha reconocido las inconsistencias, pero ha optado por avanzar con la reforma bajo la promesa de corregirlas posteriormente. Este enfoque ya generó problemas en el pasado, como la reforma judicial que dejó disposiciones contradictorias sobre la elección de la presidencia de la Suprema Corte.