El hiperandrogenismo es una condición médica caracterizada por niveles anormalmente altos de andrógenos, como la testosterona, en el cuerpo. Esta hormona, aunque presente en menores cantidades en mujeres, tiene un papel importante en diversas funciones corporales. En los hombres, se produce principalmente en los testículos, mientras que en las mujeres se genera en los ovarios y en las glándulas suprarrenales. Un nivel normal de testosterona en hombres varía entre 10 y 35 nanomoles por litro, y en mujeres entre 0.5 y 2.4 nanomoles por litro.
Cuando hay un exceso de testosterona, se habla de hiperandrogenismo, que afecta aproximadamente al 5% de las mujeres. Esta condición puede ser causada por el síndrome de ovario poliquístico, que representa cerca del 70% de los casos. Los síntomas comunes incluyen acné, crecimiento excesivo de vello corporal y caída del cabello.
En el ámbito deportivo, el hiperandrogenismo plantea controversia debido a que la testosterona puede mejorar la masa muscular y el rendimiento. Aunque el dopaje con testosterona está prohibido, la cuestión de cómo afecta naturalmente a las atletas sigue siendo debatida. La situación de Imane Khelif, boxeadora argelina, ha reavivado el debate después de su actuación en los Juegos de París, donde su condición fue un tema de discusión, similar a la controversia que enfrentó en el Mundial de boxeo el año anterior.
La participación de Khelif en el Mundial fue cuestionada debido a sus niveles elevados de testosterona, lo que llevó a su descalificación. Esta situación pone de relieve la falta de consenso científico sobre el impacto de la testosterona en el rendimiento deportivo femenino. El Comité Olímpico Internacional (COI) ha delegado la responsabilidad de regular estos casos a las federaciones deportivas internacionales, pero la falta de directrices claras continúa generando controversia y debate en el ámbito deportivo.