El Papa Francisco sorprendió este domingo al aparecer en la plaza de San Pedro del Vaticano durante la celebración del Domingo de Ramos, a pesar de continuar en convalecencia tras una grave neumonía bilateral. Sentado en silla de ruedas pero con un semblante saludable y sin asistencia respiratoria visible, el pontífice de 88 años saludó a fieles y religiosos, estrechó manos y repartió dulces a los niños antes de desear una feliz Semana Santa desde el altar frente a la Basílica.
Esta aparición no figuraba en su agenda oficial y se suma a otras visitas espontáneas recientes, como su presencia el jueves en la Basílica de San Pedro y su encuentro con el rey Carlos III el miércoles. Durante el rezo del Ángelus, Francisco agradeció las oraciones de los fieles y lanzó un llamado urgente a la paz mundial. Hizo mención especial al conflicto en Sudán, que el 15 de abril cumplirá dos años, y recordó las víctimas de un derrumbe en Santo Domingo.
También expresó su preocupación por la situación en el Líbano y pidió que cesen los conflictos en Ucrania, Palestina, Israel, Birmania, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo. Tras más de cinco semanas hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma, el Papa regresó al Vaticano el 23 de marzo. Aunque ha mostrado mejoría, sus actividades siguen siendo limitadas y aún no se ha confirmado su participación en las ceremonias de Semana Santa.
Los médicos han recomendado dos meses de reposo para evitar una recaída. A pesar de las restricciones, Francisco ha insistido en mostrarse cerca del pueblo, enviando mensajes de esperanza y manteniéndose activo en actos que no exigen grandes esfuerzos físicos.