El director de Protección Civil de Nuevo Laredo, Humberto Fernández Diez de Pinos, informó que la ciudad registró saldo blanco tras la fuerte tormenta que se presentó en las últimas horas.
El fenómeno meteorológico trajo lluvias intensas, actividad eléctrica y tormentas dispersas, acumulando 4.2 pulgadas de precipitación en solo 45 minutos.
A pesar de la magnitud del evento, no se reportaron situaciones de alto riesgo ni afectaciones significativas a la población. Fernández Diez de Pinos detalló que el personal de Protección Civil brindó apoyo a siete conductores cuyos vehículos quedaron varados debido a los encharcamientos.
También se atendieron dos reportes de árboles caídos, los cuales fueron removidos sin incidentes mayores.
“Concluimos con saldo blanco y seguimos en alerta para atender cualquier situación derivada de la tormenta”, señaló el funcionario, destacando que se mantiene un operativo de vigilancia para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Respecto a la infraestructura urbana, los sistemas hidráulicos respondieron de manera eficiente. Los canales de drenaje operaron a un 35% de su capacidad, permitiendo el adecuado flujo del agua y evitando inundaciones.
Las vialidades permanecieron funcionales en su mayoría, con la excepción del paso a desnivel de Anáhuac, que fue cerrado temporalmente para activar las bombas de desagüe. El tránsito se restableció en aproximadamente una hora y media.
“Este evento nos permitió comprobar que las medidas preventivas y la infraestructura de drenaje están funcionando correctamente, lo que facilitó una respuesta rápida y efectiva”, agregó el titular de Protección Civil.
Las autoridades continuarán monitoreando las condiciones climáticas y reforzando las estrategias de prevención para mantener la seguridad de los habitantes de Nuevo Laredo.