La primera actriz, Silvia Pinal, murió a los 94 años debido a varias complicaciones derivadas de la infección de vías urinaria que presentó recientemente.
La última diva del cine mexicano permaneció hospitalizada desde el pasado 21 de noviembre y aunque su hija, Sylvia Pasquel aseguró que estaba recuperándose, lamentablemente su cuerpo no resistió.
La noticia fue confirmada esta tarde por Televisa y posteriormente fuentes cercanas a la familia.
En los últimos días, muchas fueron las especulaciones sobre la salud de la matriarca de la dinastía Pinal; las primeras alertas sonaron cuando Alejandra Guzmán reveló que Silvia había sido ingresada por una infección de vías urinarias, más tarde se confirmó que se encontraba en terapia intensiva con una arritmia cardiaca y baja presión arterial.
Silvia Pinal evolucionó favorablemente, incluso, Sylvia Pasquel adelantó que sería dada de alta este mismo miércoles; pero, por desgracia esto no ocurrió.
Los últimos años fueron dolorosos física y emocionalmente para ella. En diciembre pasado fue ingresada de emergencia tras contraer influenza y pasó las fiestas navideñas en el hospital.
En 2021 se contagió de Covid-19, por lo que fue trasladada de urgencia; posteriormente, en enero de este año, volvió a visitar el hospital debido a una arritmia cardiaca, además de una presión arterial baja.
Además de estos problemas, Silvia también se enfrentó a una fractura de cadera en 2020, un cuadro de neumonía en 2019 y la polémica por su regreso a los escenarios dentro de la obra infantil “Caperucita ¡Qué onda con tu abuelita!”, en la que llegó a aparecen en silla de ruedas. Silvia Pinal: Una vida dedicada al arte “Nací en Guaymas, Sonora (1931), un puerto maravilloso de México; la raíz de esta historia se llamaba Jovita, mi abuela materna”, con esa idea comienza su autobiografía “Esta soy yo”, publicada en 2016, la cual causó revuelo por contar cosas desconocidas como cuando Enrique Guzmán, su entonces pareja, la amenazó con una pistola.
De niña Pinal trabajó en el restaurante de su padre sirviendo las mesas, algo que le gustaba porque así conseguía dinero por las propinas.