El presidente electo de Argentina, Javier Milei, y su futuro ministro de Economía, Luis Caputo, están ultimando los detalles de un paquete de medidas económicas que se espera anuncien de forma inmediata al asumir el gobierno. Estas medidas, aparentemente radicales, han generado preocupación en la población argentina debido a su posible impacto en el bolsillo de los ciudadanos.
Entre las acciones previstas, según reporta Clarín, se contempla una devaluación del peso argentino fijándolo a 600 pesos por dólar, con un recargo adicional del 30% de impuestos. Además, se prohíbe al Banco Central de la República Argentina emitir más pesos, se elimina el subsidio a tarifas de transporte, luz y gas en un plazo de cinco meses, se reduce la obra pública excepto la financiada externamente, y se liberan los precios de la gasolina y los servicios privados. Estas medidas se ven acompañadas por ajustes impositivos a las importaciones, congelamiento de beneficios para empresas privadas y transformación de empresas públicas en sociedades anónimas para facilitar su privatización.
Caputo enfatizó la necesidad de un “plan fiscal brutalmente ortodoxo”, resaltando la inexistencia de financiación para el país y la imperiosa necesidad de reducir el déficit. El presidente electo, Javier Milei, respaldó el programa en una reunión de gabinete y se espera que pronuncie un discurso enmarcando los anuncios que se conocerán el lunes.
Aunque algunas reformas pueden necesitar aprobación parlamentaria, se prevé la aplicación inmediata de medidas fiscales que no requieren este aval. La discusión también contempla una redefinición del valor del dólar y del plan cambiario, planteando un valor comercial del dólar en torno a los 600 pesos, lo que llevaría la moneda argentina a cotizarse entre 700 y 800 pesos.
En otro contexto, el presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, expresó su respaldo a Milei y mantuvo una reunión con él previo al traspaso de poder en Argentina. Bolsonaro, quien fue uno de los principales apoyos internacionales del mandatario electo argentino, resaltó la esperanza de encontrar soluciones económicas para el país. No obstante, la ausencia del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva en los actos y la presencia de otros líderes ultraderechistas en la ceremonia han marcado la situación política de la región.