Con un poco de fresco y lluvia que ha persistido desde la madrugada del martes, el antojo de pan ha generado buenas ventas para los productores de este dulce, esponjoso y delicioso producto.
La Providencia, que es la panadería más vieja de la ciudad, incrementó sus ventas exponencialmente luego de que gran parte de la mañana y tarde del martes el “chipi chipi” se mantuviera.
“Está viniendo mucha gente, así como llega se va el pan, nosotros apenas alcanzamos algunas piezas”, comentó Fabiola Chapa, empleada de un comercio del centro de Nuevo Laredo que esperaba en la fila para pagar sus piezas.
Bandejas con pan dulce y blanco, salían constantemente de los hornos, pero la demanda constante y el antojo de “chopear” el pan con café o chocolate, provocó que volaran desde conchas, chilindrinas, marranitos, yoyos, donas y demás manjares tradicionales de la bollería mexicana.
Los panaderos de la ciudad están de plácemes, ya que están haciendo su agosto en pleno otoño de octubre.
