La timidez definió la niñez y adolescencia de Jorge Gaitanos Chapa. Era difícil adivinar que un joven tímido se convertiría en el exitoso locutor y periodista que es hoy.
Forte Noticias entrevistó en exclusiva al locutor número uno de la radio, quien habló por primera vez sobre sus inicios profesionales, desde su timidez hasta su trabajo como entrevistador.
“Introvertido podría ser la palabra”, expresó, “pero ya no tanto ahora, por el mismo medio, pero de niño y adolescente yo era tímido, para hablarle a un desconocido me costaba trabajo, pero ya entras al medio y entiendes que ya eso no puede ser, tienes que abrirte, el estar en este medio te cambia, entonces aquella timidez ya fue quedando de lado”.
Nacido en Nuevo Laredo, Jorge Gaitanos Chapa es hijo de un pianista neolaredense, quien lo impulsó a ser el hombre responsable, serio y respetuoso que conocemos al aire.
“En mi niñez me gustaba muchísimo escuchar la radio, ahí en casa de mis padres había radio de transistores, e imaginaba qué bonito debe ser estar hablando ahí, había algo ahí en la radio, pero no pasó de eso”, señaló.
Después, una hermana ganó un disco en un concurso radiofónico, y al ir a recogerlo en familia, tuvo la oportunidad de ver por primera vez la cabina de trasmisión.
“Rafael del Orbe estaba haciendo el concurso y él estaba al aire, era una imagen fascinante de esa persona hablando y agarrando un disco, era la época de las tornamesas, esa imagen me impactó tanto, y de nuevo lo mismo, qué bonito ha de ser estar aquí”, recordó.
En la secundaria fue compañero de salón de Gustavo Cortés, hijo de un empresario radiofónico, y con su ayuda visitó nuevamente una estación de radio, lamentablemente no pudo avanzar, pues el destino lo llevó a trabajar en Monterrey, Nuevo León, en el periódico El Norte, como corrector.
Regresó a Nuevo Laredo después de 1 año y medio, y trabajó en el banco Banpaís, posteriormente fue maestro de piano en un Jardín de Niños por la mañana, y en la tarde encontró trabajo en el periódico Laredo Ahora, como corrector.
Ahí conoció al locutor José Homero Rodríguez Flores, quien lo apoyó para ingresar a la XENU como practicante, por lo que Gaitanos Chapa lo considera como su padrino en la radio.
En este tiempo conoce a Linda, quien compartía su interés en la radio y nació una amistad. En este momento decide tramitar su licencia de locutor, para lo cual viajó a la Ciudad de México a presentar una serie de exámenes orales, escritos y de idiomas, los cuales aprobó de inmediato, y obtuvo así su licencia de locutor en 1984.
Al regresar con su licencia, le toca buscar trabajo, mientras continúa su amistad y después su noviazgo de 1 año y medio con Linda.
“Curiosamente yo conozco a Linda, mi esposa, justamente unos poquito antes de irme a la Ciudad de México a hacer el examen, hubo la conexión. Un tanto sí tímido, mucho diría yo, pero cuando es el destino, cuando las cosas son de Dios diría yo, las cosas se dan”.
Con ella formó una familia de cinco hijas y ahora cuatro nietos. Su éxito en el mundo de la radio y la información, lo atribuye en gran parte al apoyo de su esposa.
“Detrás de un hombre con logros siempre hay una mujer, y eso es indudable, yo tendría que agradecerle muchas cosas a mi esposa, mis cinco hijas, mis cuatro nietos, tantas cosas que se han logrado porque hay una ayuda ideal, soy feliz, un hombre pleno y realizado, definitivamente”, indicó.
Al tener su licencia de locutor en 1984, con la intervención de Ramberto Salinas que dirigía el sindicato de la radio, surgió una oportunidad en la XEFE para una plaza de trabajo, y ahí estuvo cuatro años, en los que la radio se convirtió en algo indispensable para él.
“La radio es una pasión, es un estilo de vida, siempre con el apoyo de Linda”, dijo Gaitanos Chapa.
Después de cuatro años, surgieron cuestiones laborales con las que no estaba de acuerdo, y decidió dejar XEFE. Era septiembre de 1988 habló con Jorge Eulán Ortiz, hijo de un compañero de la estación, quien trabajaba en la recién abierta Radiofórmula, y así acudió a buscar una entrevista laboral con el concesionario, Noé Cuéllar.
Acudió varios días a la estación para intentar una audiencia, hasta que finalmente se reunieron y le dio la oportunidad en FM.
“Ahí me integro, estuve haciendo los turnos a finales de octubre, estoy todo noviembre, y a mediados de diciembre se acerca conmigo el licenciado Cuéllar y me dice ‘Jorge, estoy pensando abrir el turno de la tarde en vivo, ¿te interesa?’, ‘sí, como no’.
“Eso fue hace 30 años, un dos de enero comencé mi turno de 2 a 6 tarde”, relató.
Llegó un momento en que el ícono de la radio, Roberto Gálvez, se va de vacaciones, y lo asignan para cubrirlo. Fue uno de los mayores retos de su carrera, porque su estilo es muy diferente al de Gálvez, que en ese momento era el locutor número uno en Nuevo Laredo.
“Me dicen ‘¿podrías cubrirlo?’, más bien el reto fue ese, el cubrirlo la primera vez, cubrir a Roberto Gálvez que, mis respetos, una figura icónica de la radio, fue y lo será siempre, y de repente que te digan ‘vas a cubrir al locutor más escuchado’, fue un peso enorme.
“El punto también aquí es que me dijeron ‘vas a cubrirlo’, no ‘vas a hacer lo que hace Roberto’, yo lo cubrí con lo que yo sabía hacer. El punto aquí es que no le cayó mal al auditorio, por la retroalimentación que hubo indica que a la gente le gustó, ya me habían escuchado en la tarde, entonces no le extrañó que estuviera en la mañana”, destacó.
Su relación con Roberto era de compañerismo laboral al principio, pero terminó en amistad.
“Al principio con él era una relación de respeto mutuo, pero pasados los años ya se fue haciendo una relación de más amistad, de más contacto, y la última vez que nos vimos nos dimos un abrazo, me dio un gusto enorme verlo porque tenía tiempo de no ir a la estación, no sabía que era la última vez que lo vería, guardo ese momento porque de ese respeto se fue evolucionando a una amistad, un compañerismo más cercano, más sólido, pero siempre el respeto”.