Israel anunció su decisión de cortar vínculos con la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) a partir del 30 de enero, prohibiendo sus operaciones y contactos con funcionarios israelíes. Según el embajador israelí Danny Danon, esta medida afecta todas las instalaciones de la UNRWA en Jerusalén Este, alegando problemas de seguridad. La decisión cuenta con el respaldo de Estados Unidos, mientras el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a Israel a revertirla, destacando el impacto negativo en la asistencia sanitaria y educación en la Franja de Gaza.
La UNRWA desempeña un papel crucial en Gaza, devastada tras 15 meses de guerra, proporcionando el 60% de los alimentos en la región y servicios esenciales en medio de una crisis humanitaria. Israel acusa a la agencia de amenazar su seguridad, vinculando a empleados con el ataque de Hamás en octubre de 2023. Sin embargo, investigaciones independientes no han encontrado pruebas concluyentes de estas acusaciones.
El director de la UNRWA, Philippe Lazzarini, advirtió que esta decisión erosiona la confianza en la comunidad internacional, comprometiendo la paz y seguridad. A pesar de las críticas, Estados Unidos defendió la postura israelí, calificando de irresponsables las advertencias de la UNRWA sobre el impacto humanitario.
Mientras tanto, el conflicto ha dejado más de 47,000 muertos en Gaza y cientos de miles dependen de la ayuda humanitaria. Aunque un alto el fuego reciente busca aliviar las tensiones, esta ruptura agrava las dificultades para los refugiados palestinos, quienes enfrentan un futuro incierto sin el apoyo de la UNRWA.