El ejército israelí ha atacado una base de la ONU en el sur del Líbano, dejando dos cascos azules heridos, según informó la misión de paz de Naciones Unidas (Finul). Los soldados heridos, de nacionalidad indonesia, fueron hospitalizados y, afortunadamente, sus lesiones no son graves. Israel reconoció haber disparado en la zona, justificando sus acciones por la presencia cercana de militantes de Hezbolá, con quienes mantiene una escalada de enfrentamientos.
El incidente ha provocado una fuerte condena internacional. Italia, que aporta 900 militares a la misión, advirtió que los ataques podrían constituir crímenes de guerra. Estados Unidos se mostró profundamente preocupado, y España, Irlanda y otros países europeos han exigido que se garantice la seguridad de las fuerzas de paz.
El jefe de las fuerzas de la ONU, Jean-Pierre Lacroix, informó que 300 cascos azules fueron reubicados por seguridad, y se espera el traslado de otros 200 en los próximos días, mientras la seguridad de las fuerzas de paz se ve cada vez más.