El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, lanzó una contundente advertencia contra Estados Unidos al declarar que cualquier nueva agresión por parte del gobierno estadounidense será respondida con ataques directos a sus bases militares en Oriente Medio. En un mensaje televisado y pregrabado, transmitido por la televisión estatal iraní, Jamenei afirmó que su país no se rendirá ante las presiones del presidente Donald Trump y acusó a Washington de haber intervenido únicamente para evitar el colapso total de Israel durante los recientes enfrentamientos armados. “La República Islámica abofeteó a Estados Unidos”, sentenció, aludiendo al ataque iraní contra la base militar más grande de EE.UU. en la región, ubicada en Qatar, como represalia a la ofensiva conjunta de EE.UU. e Israel.
Desde un lugar no revelado, Jamenei, de 86 años, insistió en que el verdadero objetivo de Estados Unidos era proteger a su aliado israelí, asegurando que su participación en la guerra fue motivada por el temor a que el régimen sionista fuese destruido por completo. También desestimó los logros proclamados por Trump, quien aseguró que los ataques estadounidenses habían destruido el programa nuclear iraní, señalando que “no obtuvieron ningún logro significativo” y que el despliegue fue “un espectáculo fuera de lo común”. A su vez, criticó las declaraciones del mandatario estadounidense sobre un eventual nuevo ataque si Irán reconstruye sus capacidades nucleares, reiterando que Teherán no busca fabricar armas nucleares, una acusación que ha negado durante décadas.
Jamenei enfatizó que Irán tiene la capacidad de atacar instalaciones estadounidenses importantes cuando lo considere necesario y advirtió que este tipo de acciones podrían repetirse si persisten las hostilidades. En respuesta al discurso del líder iraní, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró una “victoria histórica” tras el frágil alto el fuego y compartió una imagen con Trump asegurando que seguirán trabajando juntos para enfrentar a sus enemigos comunes. La amenaza de Jamenei eleva significativamente las tensiones en la región y deja abierta la posibilidad de nuevos enfrentamientos armados si no se logra estabilizar el conflicto.