Masud Pezeshkian, un político reformista, ha ganado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Irán con el 54% de los votos. Con una política más abierta hacia Occidente, Pezeshkian se impuso al ultraconservador Said Jalili, quien obtuvo el 44% de los sufragios.
Pezeshkian recibió más de 16 millones de votos frente a los 13 millones de Jalili, según informó Mohsen Eslami, portavoz de la autoridad electoral. La participación electoral fue del 49.8%, en unos comicios adelantados tras la muerte del anterior presidente Ebrahim Raisi en un accidente aéreo el 19 de mayo.
El camino que tenemos por delante es difícil. Sólo será fácil con su cooperación, empatía y confianza. Les tiendo la mano”, declaró Pezeshkian, de 69 años, en la red social X tras su victoria.
El ayatolá Jamenei, por su parte, aconsejó a Pezeshkian seguir el camino de Raisi y aprovechar las capacidades internas para el progreso del país. Mientras tanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó a Pezeshkian y expresó su esperanza en una mayor cooperación bilateral.
Las elecciones se desarrollaron en un contexto de descontento económico debido a las sanciones occidentales. La comunidad internacional siguió de cerca el proceso electoral, especialmente por las tensiones en Oriente Medio y el estancamiento de las negociaciones sobre el programa nuclear iraní desde 2018.
Sus votos le han dado esperanza a una sociedad sumida en un clima de insatisfacción”, afirmó el presidente electo en un discurso de agradecimiento a sus partidarios en el mausoleo del imán Jomeini, cerca de Teherán.
Pezeshkian, un médico de origen azerí, fue el único reformista autorizado a participar en las elecciones y contó con el apoyo de expresidentes como Mohammad Jatami y Hasan Rohani. Aunque afirma su lealtad a la República Islámica, defiende un acercamiento con los países occidentales, especialmente con Estados Unidos, para levantar las sanciones que afectan a la economía iraní.