Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha declarado “no culpable” de delitos fiscales ante un tribunal de Delaware.
La sorpresiva reversión del acuerdo alcanzado el mes pasado ocurrió después de que la jueza Maryellen Noreika expresara dudas sobre el complicado pacto que también involucraba otro cargo por posesión de armas contra el hijo del presidente.
Los fiscales acusan a Hunter Biden de no haber pagado impuestos sobre más de 1.5 millones de dólares en ingresos durante los años 2017 y 2018, a pesar de deber más de 100 mil dólares en impuestos. También enfrenta un cargo por poseer ilegalmente un arma de fuego mientras era adicto y consumía una sustancia controlada, lo cual es un delito grave.
El acuerdo previo con los fiscales buscaba evitar la condena por el cargo relacionado con armas. No obstante, la investigación llevada a cabo por el fiscal federal de Delaware, David Weiss, nombrado por Trump, no encontró pruebas que respaldaran las acusaciones republicanas de que Hunter Biden se beneficiaba de su poder político en sus negocios en Ucrania y China.
El acuerdo de culpabilidad anunciado en junio fue objeto de controversia y acusaciones de trato favorable al hijo del presidente por parte de Trump y sus aliados. Sin embargo, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, ha negado tales acusaciones y ha asegurado que Weiss tuvo plena autonomía para investigar a Hunter Biden sin interferencias.
Hunter Biden, quien ha trabajado en diversas áreas como miembro de grupos de presión, abogado, consultor, banquero de inversiones y artista, ha hablado públicamente sobre su lucha contra las adicciones. Los cargos fiscales que enfrenta podrían conllevar una sentencia de hasta 18 meses, pero se considera poco probable que enfrente penas de prisión debido a la falta de antecedentes penales y a su disposición de aceptar la responsabilidad por sus acciones.