La Fiscalía Anticorrupción de España ha solicitado 15 años y medio de cárcel para Ángel María Villar, expresidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), por presunta corrupción durante su gestión entre 1988 y 2017. Villar enfrenta cargos por administración desleal, corrupción en los negocios y apropiación indebida, además de falsedad en documento mercantil, delitos que habrían causado un perjuicio económico de 4,5 millones de euros. También se le ha impuesto una multa cercana al millón de euros.
El caso, conocido como «Soule», investiga irregularidades en contratos realizados entre 2007 y 2017, incluyendo encuentros amistosos de la selección española. La Fiscalía acusa a Villar de haber favorecido a personas de su entorno, como su hijo Gorka Villar, quien también está implicado y enfrenta una solicitud de siete años de prisión. Asimismo, el exvicepresidente de la RFEF, Juan Padrón, podría recibir una pena de seis años y medio.
Las autoridades sostienen que los partidos amistosos, entre ellos los disputados contra Corea del Sur, Chile, Venezuela, Perú y Colombia, se organizaron sin pasar por los órganos competentes de la federación, permitiendo beneficios indebidos a Sport Advisers, empresa de Gorka Villar. Las supuestas irregularidades comenzaron tras el ascenso del prestigio de la selección española, impulsado por los títulos en la Eurocopa 2008, el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012.
El caso, que se tramita en la Audiencia Nacional desde 2017, sigue en curso mientras se determina la responsabilidad de los implicados en una de las investigaciones más importantes por corrupción en el futbol español.