El presidente argentino Javier Milei se encuentra en el ojo del huracán tras la promoción de la criptomoneda $LIBRA, que colapsó en cuestión de horas, causando pérdidas estimadas en 250 millones de dólares a los inversionistas. El pasado viernes, Milei compartió en redes sociales su apoyo a la «memecoin», asegurando que incentivaría la economía argentina. Sin embargo, tras alcanzar un valor inicial de casi 5 dólares, la moneda se desplomó un 90% en apenas dos horas, lo que generó múltiples denuncias en su contra tanto en Argentina como en Estados Unidos.
El escándalo ha desatado una crisis política, con sectores de la oposición impulsando un juicio político contra el mandatario, aunque las probabilidades de que prospere son mínimas. En cambio, se plantea la posibilidad de crear una comisión investigadora o de interpelar a Milei en el Congreso. Incluso Mauricio Macri, aliado político del presidente, calificó la situación como «muy grave» y advirtió sobre el impacto en la credibilidad del país.
Desde el punto de vista legal, Milei enfrenta un riesgo latente. Si bien un juicio político podría destituirlo, tras finalizar su mandato podría enfrentar cargos judiciales que implican penas de hasta seis años de prisión, además de demandas civiles por daños y perjuicios. En el centro de la polémica también figuran el empresario estadounidense Hayden Mark Davis, el singapurense Julian Peh y el argentino Mauricio Novelli, todos involucrados en el lanzamiento de $LIBRA.
El presidente ha negado haber promocionado la criptomoneda, argumentando que solo la «difundió» de buena fe y que quienes invierten en estos activos son conscientes del riesgo. Sin embargo, sus declaraciones han generado aún más controversia, especialmente tras la difusión de una entrevista donde, en tono irónico, se alude a preguntas preparadas para evitar problemas legales. En medio de la turbulencia, la bolsa argentina registró una caída del 5.58% el lunes, reflejando la incertidumbre que rodea al gobierno de Milei.