Tras la muerte del Papa Francisco el 21 de abril de 2025, la Iglesia católica se prepara para llevar a cabo el Cónclave en el Vaticano, una ceremonia cerrada en la que los cardenales menores de 80 años eligen al nuevo pontífice. En esta ocasión, serán tres los cardenales mexicanos que participarán como electores.
La reunión, que tendrá lugar en la Capilla Sixtina, mantiene su carácter secreto y tradicional, y solo se considera válida cuando se alcanza una mayoría de dos tercios entre los 135 cardenales con derecho a voto. Durante este proceso, se aísla a los participantes completamente del mundo exterior, simbolizando con ello el compromiso exclusivo hacia su misión espiritual.
Carlos Aguiar Retes, actual arzobispo primado de México, es uno de los cardenales electores. Nacido en Tepic, Nayarit, y ordenado sacerdote en 1973, fue creado cardenal por el Papa Francisco en 2016 y es considerado un aliado de su visión reformista. A sus 75 años, tiene una amplia trayectoria que incluye cargos importantes como el de secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano.
Junto a él estará Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, nombrado cardenal por Benedicto XVI en 2007. Robles Ortega, de 76 años, también cuenta con una destacada carrera, habiendo sido obispo de Toluca y luego arzobispo de Monterrey.
El tercer mexicano es José Francisco Rodríguez, el más reciente en ser elevado al rango cardenalicio. Aunque menos conocido en el ámbito público, es reconocido por su compromiso pastoral y social dentro de la Iglesia.
La presencia de estos tres cardenales refleja la relevancia de México dentro del contexto eclesiástico latinoamericano. Además, el 79% de los cardenales electores fueron nombrados por el propio Francisco, lo que puede influir en la orientación del próximo Papa. La convocatoria al Cónclave se dará tras completar los pasos canónicos correspondientes, y marcará una nueva etapa para la Iglesia Católica a nivel mundial.