La Diócesis de Nuevo Laredo vivió una jornada de profunda fe y recogimiento con la tradicional Procesión del Silencio, que conmemora el dolor y la pasión de Cristo.
La procesión fue seguida por una nutrida participación de feligreses que se unieron en este acto de contemplación y respeto. Posteriormente, la Diócesis celebró la misa del Sábado de Gloria, que sirvió como antesala a la resurrección de Jesucristo.
Este día es un preludio importante para la celebración de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, pilar fundamental de la fe cristiana.
La Diócesis de Nuevo Laredo invita a los fieles a continuar en este camino de fe y reflexión, preparándose para la celebración de la resurrección de Cristo, que es la esencia de la fe cristiana.
