Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se prevé que la economía de América Latina y el Caribe crecerá un 1.9% este año, lo que representa un aumento de 0.3 puntos porcentuales en comparación con las previsiones de abril.
Esta mejora se atribuye al impulso de las principales economías de la región, Brasil y México, que mostrarán un crecimiento más sólido de lo previsto anteriormente. Brasil experimentará un crecimiento del 2.1%, impulsado por la producción agrícola y su sector de servicios.
México, por su parte, crecerá un 2.6% gracias a la consolidación de la recuperación en el sector de servicios y la demanda resiliente de su principal socio comercial, Estados Unidos.
Sin embargo, el crecimiento regional en 2023 sigue siendo inferior al del año anterior debido a la moderación de la expansión pospandemia y la caída de los precios de las materias primas. Para el año 2024, se proyecta un crecimiento del 2.2% en la región, sin cambios significativos respecto a las previsiones anteriores.
A nivel global, el FMI señala que el panorama económico es mejor de lo esperado, aunque sigue siendo débil históricamente. La subida de las tasas de interés para combatir la inflación ha afectado la actividad económica, aunque se prevé una disminución gradual de la inflación mundial en los próximos años.
Por otro lado, el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, advierte que la economía estadounidense se encuentra en una «senda muy estrecha» para evitar una recesión, y también menciona riesgos en la recuperación de China, especialmente en su sector inmobiliario, lo que podría afectar la economía global.