Las autoridades representativas de Laredo, el condado de Webb y de Río Bravo, conjuntamente con las del gobierno federal, el gobierno de Texas y las legislativas se unieron para emitir un “Adiós” muy sentido y emotivo al héroe, al soldado caído en el cumplimiento su deber, el cabo primero David Lee Espinoza.
Una misa de réquiem, de cuerpo presente, se efectuó ayer al mediodía en la iglesia San Patricio, encabezada por el obispo de la Diócesis de Laredo James Tamayo y de los diáconos como Steve Landín, para elevar el alma del marine en su descanso de paz eterna.
Posteriormente, el cuerpo de Espinoza en su féretro cubierto por la bandera de las barras y de las estrellas, fue trasladado a la preparatoria Lyndon B. Johnson, donde cursó sus últimos estudios para después enrolarse en las fuerzas armadas dentro de los marines.
Ahí, en su alma máter, se le hizo una apoteósica recepción por parte de sus ex compañeros y cientos de estudiantes, con una ceremonia de alta relevancia, como cuando se va un hijo se va y ya no regresa.
De ahí, siguió la procesión hasta donde fue su última morada en el Cementerio Municipal donde se encontraron todas las autoridades, los escuadrones de marines, de veteranos y residentes en general y donde al mismo tiempo ondeaban las banderas en señal de despedida al valiente soldado.
El alcalde Pete Sáenz, al tomar la palabra expresó su gratitud en nombre de la comunidad, destacando la proeza del joven militar y de poner muy en alto a Laredo, tras su hazaña lograda durante los tiempos difíciles por la Guerra desatada en Afganistán y los demás países del Estado Islámico.
“Adiós y muchas gracias”, dijo Sáenz con voz cortada al llenársele los ojos de lágrimas, para despedirse de este guerrero.
Tano Tijerina, el juez del condado, también expresó con un muy hondo sentimiento el dolor que representa para a comunidad la enorme pérdida de este combatiente, agradeciéndole, igualmente, su sacrificio.
“Diste lo mejor de ti, hasta lo máximo, como todo un valiente”, agradeció.
SE FUE UN GRAN LOBO
Armando Salazar, el director de la preparatoria LJB aseguró que con la muerte de Espinoza, “se fue un gran Lobo, un gran marine”, agregando que toda la comunidad estudiantil está muy dolida, por su partida terrenal.