En medio de la creciente tensión por las políticas migratorias y comerciales del gobierno de Donald Trump, el Senado mexicano ha decidido no reactivar el mecanismo de diálogo interparlamentario con Estados Unidos.
Este formato, activo desde 1961 y pausado desde 2017, permitía encuentros bilaterales institucionales entre legisladores de ambos países. A pesar de las propuestas hechas por Movimiento Ciudadano, el PAN y el PRI para retomar estas reuniones, Morena ha desestimado su utilidad, argumentando que son un pretexto para el “turismo legislativo”, según palabras del senador Adán Augusto López Hernández.
En lugar de estos encuentros binacionales, los legisladores mexicanos ahora priorizan visitas individuales, como la realizada recientemente por el senador morenista Juan Carlos Loera en California, o encuentros con agendas desordenadas que han desincentivado la participación de otros partidos.
Desde la llegada de Adán Augusto a la coordinación, ninguna interparlamentaria ha sido convocada, lo cual ha marcado un cambio drástico en la política exterior legislativa del Senado.
La Cámara de Diputados tampoco ha mostrado interés en restablecer estos espacios. En contraste, el presidente del Senado, Gerardo Fernández, condenó a título personal las redadas en California y exigió al gobierno de Trump respetar los derechos de los migrantes.