Con el propósito de reducir el rezago educativo en la población adulta, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) implementará un incentivo económico de mil pesos dirigido a personas que inicien su proceso de alfabetización.
Este programa, que se espera entre en vigor a partir de junio, será aplicado en coordinación con las representaciones estatales del INEA, como el Instituto Tamaulipeco de Educación para Adultos (ITEA).
De acuerdo con Miguel Ángel Castillo Gutiérrez, coordinador de zona del ITEA en Nuevo Laredo, el apoyo económico busca motivar a quienes no tuvieron acceso a la educación básica en su infancia.
“Está en puerta que se autorice un apoyo de mil pesos para quienes se registren en el programa de alfabetización. Es un incentivo modesto, pero puede ser útil, sobre todo en gastos de transporte”, comentó el funcionario.
El estímulo se otorgará al momento del registro y estará sujeto a reglas de operación que aún se encuentran en proceso de definición, así como a la aprobación presupuestal correspondiente por parte del INEA.
Castillo Gutiérrez precisó que el proceso de alfabetización tiene una duración estimada de tres meses, aunque el avance depende del nivel de dedicación de cada participante. Una vez alfabetizadas, las personas pueden continuar con estudios de primaria y secundaria a través de los módulos del propio sistema educativo para adultos.
“Al empezar a leer y escribir, se motivan por sí solos. Lo que parecía imposible se convierte en un logro, y eso los impulsa a seguir aprendiendo”, señaló.
El programa también tiene como finalidad abrir nuevas oportunidades laborales y sociales para los beneficiarios, al brindarles herramientas básicas de comunicación y comprensión lectora que les permitan integrarse a la vida productiva.
El ITEA continuará identificando personas en condición de analfabetismo en colonias, comunidades rurales y zonas urbanas para incorporarlas a este esfuerzo educativo. Finalmente, el coordinador hizo un llamado a la población a identificar a personas adultas que aún no saben leer ni escribir y a acercarlas a las oficinas del ITEA. “La educación transforma vidas. Este apoyo puede ser el primer paso hacia una verdadera superación personal y laboral”, concluyó.
