Mark Zuckerberg, CEO de Meta, logró evitar comparecer en el juicio por el escándalo de Cambridge Analytica tras alcanzar un acuerdo extrajudicial con los demandantes, según confirmaron fuentes cercanas a AFP. El juicio, que había iniciado esta semana en Delaware, fue suspendido luego de que los accionistas de la empresa denunciaran que Zuckerberg y otros miembros del consejo de administración conspiraron para pagar 5 mil millones de dólares al gobierno de Estados Unidos con el objetivo de evitar una responsabilidad directa del fundador de Facebook por la violación de datos personales. Este caso, uno de los más polémicos en la historia reciente de la tecnología, cobró notoriedad tras conocerse que Cambridge Analytica recolectó sin autorización información privada de millones de usuarios con fines de publicidad política durante la campaña presidencial de 2016 en EE.UU. y el referéndum del Brexit en Reino Unido.
El pacto extrajudicial se alcanzó justo antes de que figuras clave fueran llamadas a declarar, incluyendo al influyente inversor Marc Andreessen, programado para comparecer este jueves, y al propio Zuckerberg, citado para presentarse el lunes próximo. También se esperaba la presencia del capitalista de riesgo Peter Thiel y la exdirectiva de Meta, Sheryl Sandberg. La defensa de los accionistas argumentó que el pago al gobierno estadounidense fue excesivo y parte de una estrategia para proteger a Zuckerberg de mayores repercusiones legales y mediáticas. Se sospecha que el acuerdo de 2019 con las autoridades federales no solo pretendía acallar el escándalo, sino también impedir que se filtraran documentos internos sobre la forma en que Meta manejó la crisis de privacidad.
Cambridge Analytica, ya desaparecida, se convirtió en sinónimo del abuso de datos personales y colocó a Meta en el centro de las discusiones globales sobre regulación de plataformas digitales. Tras la filtración de información, gobiernos occidentales señalaron a Facebook como una herramienta de injerencia extranjera, especialmente por parte de Rusia, en elecciones democráticas. El escándalo derivó en múltiples audiencias del Congreso estadounidense y abrió el camino a propuestas de legislación más estricta sobre el uso de datos personales por parte de las grandes tecnológicas.









