Ucrania vivió uno de los ataques más intensos desde el inicio de la invasión rusa, cuando en la madrugada del domingo las fuerzas rusas lanzaron 477 drones explosivos y 60 misiles de distintos tipos sobre varias regiones del país. La Fuerza Aérea de Ucrania informó que logró interceptar y neutralizar 475 drones y 39 misiles, evitando así un desastre mayor. Sin embargo, al menos siete civiles resultaron heridos y un piloto de F-16 murió mientras defendía el espacio aéreo ucraniano.
El presidente Volodímir Zelenski volvió a exigir el refuerzo urgente de la defensa antiaérea, reiterando su disposición de adquirir más sistemas estadounidenses como los misiles Patriot, esenciales para frenar la ofensiva aérea rusa. “Ucrania debe reforzar su defensa antiaérea”, publicó el mandatario en su cuenta de X, alertando sobre la magnitud del ataque y la capacidad destructiva de las armas utilizadas por Moscú.
En medio de la escalada bélica, Zelenski firmó un decreto que ordena la salida de Ucrania de la Convención de Ottawa, tratado internacional que prohíbe la adquisición, producción, almacenamiento o uso de minas antipersona. Esta decisión refleja la presión de la guerra en curso y la necesidad del gobierno ucraniano de recurrir a todos los recursos posibles para proteger su territorio. Aunque la decisión aún debe ser ratificada por el Parlamento ucraniano y notificada oficialmente a la ONU, marca un giro importante en la postura de Kiev frente a las restricciones de armamento.
Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin firmó este fin de semana un decreto para ampliar la Ley de Secretos Oficiales, permitiendo clasificar como confidencial cualquier información de política exterior, económica o de seguridad que, según el Kremlin, pueda poner en riesgo la seguridad nacional si se divulga. Este paso refuerza el hermetismo del gobierno ruso en un contexto de tensión y enfrentamientos prolongados.
La intensidad del bombardeo de este domingo refleja que la guerra sigue escalando sin señales claras de una solución diplomática a corto plazo, mientras Ucrania refuerza alianzas y Rusia consolida su control interno.