Tyrese Haliburton, base estelar de los Indiana Pacers, sufrió una devastadora lesión durante el Juego 7 de las Finales de la NBA, justo cuando el equipo disputaba el campeonato contra el Oklahoma City Thunder. La escena fue dramática: con menos de cinco minutos en el reloj del primer cuarto, Haliburton cayó al suelo y no pudo reincorporarse, lo que generó conmoción en la arena. Se presume que la lesión fue una ruptura del tendón de Aquiles derecho, aunque aún se espera una resonancia magnética para confirmar el diagnóstico.
El joven jugador ya arrastraba molestias en la pantorrilla durante la serie, pero había optado por mantenerse activo con intensos tratamientos físicos. Su inicio en el partido fue prometedor, con tres triples encestados que dieron impulso al equipo, sin embargo, el esfuerzo terminó pasándole factura. Al momento de la lesión, fue retirado en muletas, visiblemente afectado, mientras sus compañeros y rivales lo rodeaban con respeto.
El impacto emocional en los Pacers fue inmediato. Aunque se fueron al descanso con ventaja, la ausencia de su líder ofensivo y emocional les pesó en la segunda mitad. El equipo solo sumó 43 puntos después del receso y terminó cayendo 103-91 ante un Thunder dominante que cerró la temporada con récord de 68-14, coronándose como campeón de la NBA.
La imagen de Haliburton fuera del vestuario, apoyado en muletas y despidiéndose de sus compañeros, marcó un momento simbólico y doloroso. Su padre confirmó que todo indica una grave lesión del tendón de Aquiles, lo que podría dejarlo fuera por varios meses, complicando la planificación de los Pacers para la próxima temporada.
La lesión no solo significa el fin del sueño de campeonato para Haliburton, sino también un duro golpe al proyecto de Indiana, que había encontrado en él a su máxima figura. Jugadores como LeBron James reaccionaron en redes sociales con mensajes de apoyo y consternación por el lamentable suceso.