El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, junto con sus hijos Donald Jr. y Eric, se presentaron ante un tribunal de Nueva York el 2 de octubre para enfrentar acusaciones de fraude inmobiliario en un juicio civil. La fiscal Letitia James lidera la acusación y enfatizó que «la justicia prevalecerá» en el caso.
La fiscal James afirmó ante la prensa que la ley es poderosa pero también frágil y que presentarán pruebas sólidas para respaldar su caso. Hizo hincapié en que nadie, sin importar cuán poderoso o rico sea, está por encima de la ley.
Durante la audiencia, los abogados de la fiscalía argumentaron que Donald Trump obtuvo más de mil millones de dólares de manera ilegal al proporcionar información falsa sobre el valor de sus activos a bancos y compañías de seguros durante una década, lo que le permitió obtener préstamos con condiciones más favorables y primas de seguros más bajas.
Por su parte, el abogado de Trump, Christopher Kise, defendió la legalidad de las finanzas del expresidente y la Trump Organization. Alegó que Trump había tenido éxito en el negocio inmobiliario y que no había intención de defraudar, ni ilegalidad, ni víctimas en este caso.
La fiscal Letitia James busca multas de al menos 250 millones de dólares, una prohibición permanente para que Trump y sus hijos dirijan negocios en Nueva York, y una restricción de cinco años en las actividades comerciales inmobiliarias de Trump y su organización.
Donald Trump, quien está considerando postularse nuevamente para la presidencia en 2024, calificó el caso como «una continuación de la mayor caza de brujas de todos los tiempos». También criticó a la fiscal James, a quien llamó «racista» y acusó de tener una vendetta contra él.
El juicio civil en Nueva York representa un importante desarrollo legal en el entorno legal y político de Donald Trump, quien enfrenta múltiples investigaciones y litigios relacionados con sus actividades empresariales y su presidencia.