El expresidente Donald Trump sorprendió al anunciar la orden de reconstruir y reabrir la prisión de Alcatraz, cerrada en 1963, para albergar a los “delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos”. A través de una publicación en su red Truth Social, Trump expresó que el país necesita recuperar la dureza con la que antes se enfrentaba al crimen. “¡Reconstruyan y abran Alcatraz!”, escribió, añadiendo que la instalación, ubicada en una isla de la bahía de San Francisco, representa un símbolo de ley y orden.
Aunque describió la iniciativa como “una idea” surgida en días recientes, aseguró que ya dio instrucciones a la Oficina Federal de Prisiones, el Departamento de Justicia, el FBI y Seguridad Nacional para comenzar el proyecto de forma ampliada y reforzada. Alcatraz es recordada por haber sido la prisión más segura del país, célebre por su aislamiento, sus aguas heladas y las fuertes corrientes que impedían cualquier escape exitoso. Albergó a criminales notorios como Al Capone, y su cierre se debió a los altos costos de mantenimiento.
Actualmente funciona como parque nacional y es una de las principales atracciones turísticas de San Francisco. Sin embargo, la propuesta de Trump fue duramente criticada. Nancy Pelosi, exlíder demócrata del Congreso, calificó la idea como “no seria”, subrayando que el lugar tiene hoy un valor histórico y recreativo que no debe ignorarse. A pesar del rechazo, Trump insiste en que se trata de una medida necesaria para enfrentar la delincuencia con firmeza.
El anuncio ha generado reacciones divididas entre quienes lo ven como una estrategia populista y quienes apoyan un enfoque más severo contra el crimen. La viabilidad legal y operativa de este plan aún es incierta, pero el debate sobre el uso de prisiones de alta seguridad vuelve al centro de la conversación política en Estados Unidos.