Se cumplen ocho años de una tragedia que conmocionó a Nuevo Laredo, en la que papá y mamá, resguardando a su recién nacido entre sus brazos, murieron ahogados al ser arrastrados por la corriente.
Juan Félix Silva Rodríguez, de 40 años, junto a su esposa y bebé festejaban el tradicional Día de las Madres con otros miembros de la familia, el 10 de mayo de 2013.
Ese día nada podía salir mal, todo era felicidad hasta que la naturaleza hizo de las suyas, ya que alrededor de las 11:00 de la noche de ese día, se desató una torrencial lluvia que pronto inundó calles y provocó un caos en toda la ciudad.
Pese al aguacero que no daba tregua, Juan Félix decidió que era momento de irse a casa, antes de que las cosas empeoraran.
La familia, que residía en la colonia Villas de San Miguel, se dirigió a su hogar a bordo de un automóvil Saturn, pero para su sorpresa las precipitaciones habían desbordado el arroyo El Coyote, que forzosamente tenían que cruzar para llegar a su domicilio.
El jefe de familia preocupado por poner a salvo a la familia, se ‘aventó’ a intentar atravesar las aguas desbordadas del arroyo, y ahí fue cuando sobrevino la tragedia.

El auto compacto no tuvo la suficiente fuerza para ganarle a la corriente, por lo que empezó a ser arrastrado hasta que quedó completamente cubierto por el agua, sin que alguien pudiera hacer algo para evitarlo.
Las autoridades fueron alertadas, pero era imprecisa la información para realizar una búsqueda, por lo que fue necesario esperar algunas horas hasta que descendiera el nivel del agua.
La madrugada del 11 de mayo, finalmente se dio con la ubicación de la unidad en el caudal del arroyo, sin embargo, ya era demasiado tarde.
Cuando los paramédicos y rescatistas abrieron una de las puertas del vehículo, quedó al descubierto la desgarradora imagen, dos personas que dieron su vida e hicieron lo posible por proteger a su hijo, el más pequeño, quien también murió entre los brazos de sus padres.