A pesar de los esfuerzos y compromisos del Santuario Ostok para reubicar a 74 hipopótamos, descendientes de los que Pablo Escobar introdujo en la Hacienda Nápoles en Colombia, el proceso se encuentra estancado a un año del anuncio. Aunque la iniciativa busca trasladar a estos animales a México, la India y Perú, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia aún no ha emitido los permisos necesarios.
Ernesto Zazueta, director de Ostok y presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), expresó su frustración ante la falta de avances en la obtención de los permisos, a pesar de haber cumplido con todos los requerimientos técnicos y de información. El proceso se ha prolongado innecesariamente, generando preocupación sobre el impacto ambiental y los riesgos asociados con la presencia de estos hipopótamos en el ecosistema del río Magdalena Medio.
La intención de la translocación de los hipopótamos persiste, ya que en 2022 fueron catalogados como «especies exóticas invasoras» debido a los peligros que representan para la fauna, flora y comunidades locales. Zazueta destacó la colaboración con Greens Zoological Rescue and Rehabilitation Center en la India y Perú, subrayando el compromiso de brindar un hogar adecuado a estos animales.
Aunque se realizaron castraciones exitosas como medida de control de la población, Zazueta señaló que no es suficiente para abordar el problema a largo plazo. La rápida reproducción de estos animales continúa afectando el ecosistema y poniendo en riesgo la biodiversidad de la región. Insistió en que la «eutanasia ética» no debería ser la opción, cuando hay oportunidades para otorgarles un hogar y una segunda oportunidad de vida en lugares más adecuados para su especie.
El director de Ostok hizo un llamado a superar las diferencias y trabajar de manera coordinada y profesional para abordar esta problemática ambiental. Cada día que pasa, la opción humanitaria se aleja, y aunque la translocación no es la solución total, se considera una medida crucial para controlar la reproducción y preservar el hábitat natural de los hipopótamos en peligro. La comunidad internacional sigue a la espera de una resolución que garantice el bienestar de estos animales y la protección del ecosistema en cuestión.