Los padres y los texanos que viven en áreas rurales son los más afectados, pero incluso, los hogares de ingresos medianos enfrentan una sustancial inseguridad alimentaria
AGENCIAS
A La inflación histórica y la expiración de los programas de ayuda de la era de la pandemia han dejado a más tejanos luchando para pagar artículos básicos como alimentos, según una nueva encuesta comisionada por No Kid Hungry Texas este mes.
Casi tres cuartas partes (73%) de los tejanos tienen más dificultades para comprar comida ahora, en comparación con el mismo período del año pasado.
Las familias de niños en edad escolar se han visto particularmente afectadas, ya que dos de cada cinco padres (40%) experimentaron inseguridad alimentaria en los últimos 12 meses y más de una cuarta parte (26%) informaron que les preocupaba no tener suficientes alimentos para las necesidades de sus hogares por falta de dinero u otros recursos.
“El hambre infantil está en todas las comunidades de Texas y, lamentablemente, es cada vez más difícil para las familias llevar comida a la mesa.
A nuestro alrededor, familias se tienen que saltar comidas y se quedan sin alimentos en sus hogares antes de que llegue su próximo cheque”, dijo Stacie Sánchez Hare, directora de No Kid Hungry Texas.
Aunque las familias de bajos ingresos han sido las más afectadas, también aquellas con ingresos medianos están enfrentando hambre. Un tercio de los encuestados (33%) con ingresos familiares anuales de entre $50,000 y $100,000 reportaron inseguridad alimentaria y dos tercios (65%) estaban preocupados por su capacidad para comprar alimentos si se enfrentan a un gasto inesperado o la pérdida de dos semanas de ingresos.
“Las familias trabajadoras se ven afectadas, muchas de ellas por primera vez, e incluso muchas familias de ingresos medianos están viviendo a sólo una emergencia del hambre”,
