Australia enfrenta un desafío energético inusual: la sobreproducción de energía solar. Con más de 4 millones de hogares y negocios equipados con paneles solares, el país ha experimentado un crecimiento masivo en energías renovables durante las últimas dos décadas. Sin embargo, la producción durante la primavera australiana, impulsada por días más largos y una demanda moderada, ha llevado a niveles extraordinarios que la red eléctrica no puede manejar completamente.
Estados como Australia Meridional han llegado a cubrir toda su demanda eléctrica con energía solar en ciertos momentos, incluso exportando el excedente. Sin embargo, esta abundancia ha hecho caer la “demanda mínima” a niveles históricos, lo que complica el funcionamiento de las plantas convencionales que estabilizan la red. Según Jess Hunt, experta en el mercado eléctrico, no toda la energía generada puede ser utilizada o almacenada, comparando este fenómeno con la lluvia que no siempre se recoge en embalses.
Las soluciones incluyen la instalación masiva de baterías para almacenar el excedente y liberarlo durante las horas de mayor demanda, aunque esto resulta costoso. Otra opción es incentivar el consumo durante las horas de máxima generación, adaptando los patrones de uso de hogares e industrias. Los avances tecnológicos en baterías e inversores también prometen mejorar la estabilidad de la red en el futuro.
Australia, con uno de cada tres hogares ya equipado con paneles solares, lidera la transición hacia una matriz energética más verde, pero enfrenta retos significativos para equilibrar oferta y demanda sin desperdiciar recursos.