El influyente senador demócrata Robert Menéndez, de origen cubano, ha sido imputado por la justicia estadounidense bajo cargos de soborno y extorsión, junto con su esposa Nadine Menéndez y tres empresarios, Wael Hana, José Uribe y Fred Daibes. Se les acusa de participar en un esquema de sobornos y tráfico de influencias en beneficio de empresarios y el gobierno de Egipto.
En una conferencia de prensa, Menéndez declaró que, aunque los cargos son serios, son solo alegaciones y que cree firmemente que será exonerado. También anunció que no renunciará a su cargo.
La fiscalía estadounidense alega que Menéndez proporcionó información confidencial a Egipto para favorecer al empresario egipcio-estadounidense Wael Hana y proteger su monopolio. Además, se afirma que aceptó cientos de miles de dólares en sobornos a cambio de utilizar su poder e influencia en beneficio de los empresarios y el gobierno de Egipto.
Menéndez justificó la presencia de grandes sumas de dinero en su casa por la historia de su familia, víctima de la confiscación en Cuba, y aseguró que era dinero que había ahorrado durante 30 años de trabajo.
Esta no es la primera vez que Menéndez enfrenta acusaciones de corrupción. En 2015, fue acusado de aceptar sobornos que incluían vuelos en jets privados, vacaciones de lujo y donaciones ilegales de campaña, pero los cargos fueron desestimados tres años después debido a la falta de un veredicto unánime por parte del jurado.
A pesar de las acusaciones, Menéndez ha anunciado su intención de postularse para la reelección al Senado en las elecciones de 2024, donde los demócratas se juegan su estrecha mayoría en el Senado. Su situación legal podría tener un impacto significativo en el panorama político de Estados Unidos.