Este martes, medios estadounidenses informaron, citando al ministro haitiano Liszt Quitel, que los secuestradores de 16 misioneros de E. U., y uno de Canadá en Haití pidieron un millón de dólares por la liberación de cada uno de los rehenes, lo que suma 17 millones de dólares.
El responsable haitiano explicó que el FBI y la Policía haitiana están en contacto con la banda 400 Mawozo, que secuestró a los misioneros el sábado pasado en las afueras de Puerto Príncipe.
El Ministro consideró que las negociaciones para la puesta en libertad de los rehenes pueden llevar semanas.
Dijo que están intentando lograr su liberación sin pagar el rescate, porque ese dinero probablemente será usado para comprar armas y municiones.
Agregó que las autoridades del país buscan un desenlace similar al del secuestro en abril pasado de un grupo de sacerdotes y monjas católicos por parte de la misma banda.
Los cinco curas, dos monjas y tres familiares suyos fueron puestos en libertad a finales de ese mismo mes, tras el pago de un rescate por únicamente dos de los sacerdotes rehenes, aseguró el titular de la cartera de Justicia.
Quitel precisó al rotativo que los misioneros están siendo retenidos en una casa justo fuera de Croix-des-Bouquets, una zona en las afueras de Puerto Príncipe controlada por 400 Mawazo y cerca del lugar donde fueron raptados por hombres armados el mediodía del sábado.
Los misioneros fueron secuestrados cuando viajaban en autobús después de visitar un orfanato. Entre los rehenes hay cinco niños y doce adultos de la organización de misioneros Christian Aid Ministries, con sede en el estado de Ohio, en el medio oeste de Estados Unidos.
Una cadena de televisión señaló este martes que los secuestradores se pusieron por primera vez en contacto con Christian Aid Ministries a las 16:43 h local del sábado para comunicarles su petición de rescate.
Desde esa primera llamada, el ministro indicó que se han producido varias más.
El Ministro dijo que ha enviado a agentes sobre el terreno, y negociadores de la policía haitiana están asesorando al grupo religioso sobre cómo proceder.
Pese a encontrarse en Haití, el FBI no lidera esas negociaciones con los raptores ni se ha puesto en contacto directo con ellos.
Aun así, “se ha advertido a los secuestradores sobre cuáles pueden ser las consecuencias de dañar a los rehenes”, dijo Quitel.