SAN ANTONIO, TEXAS.- Mandi, una maestra de jardín de niños en Ohio, ya había hecho todo lo posible para proteger su salón de clases en contra de un posible tirador.
Colocó una estantería junto a la puerta, en caso de que necesitara una barricada. En un balde naranja, guardaba suministros de emergencia proporcionados por el distrito: aerosol para avispas, para apuntar a un atacante, y un calcetín de tubo, para sostener un objeto pesado y arrojarlo a un probable agresor.
Pero después de que 19 niños y dos maestras fueran asesinados en Uvalde, Texas, sintió una creciente desesperación.
Su escuela está en un edificio antiguo, sin cerraduras automáticas en las puertas de las aulas y sin Policía en el campus.
“Simplemente nos sentimos impotentes”, dijo.
“No es suficiente”.
Decidió que necesitaba algo mucho más poderoso: una pistola de 9 mm.
Entonces se inscribió en un entrenamiento que le permitiría portar un arma en la escuela. Al igual que otros que hablaron para este texto, pidió ser identificada sólo por su nombre debido a las reglas del distrito escolar que restringen la información sobre los empleados que portan armas de fuego.
Al menos 29 estados permiten que personas que no sean policías o agentes de seguridad porten armas en los terrenos escolares, según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.
A partir de 2018, el último año del que se disponían estadísticas, los datos de la encuesta federal estimaron que el 2.6 por ciento de las escuelas públicas tenían profesores armados.
En Florida, más de mil 300 miembros del personal escolar actúan como guardianes armados en 45 distritos escolares, de los 74 del estado, según funcionarios estatales.
El programa se creó después de que un hombre armado matara a 17 personas en la escuela Marjory Stoneman Douglas en Parkland en 2018.
En Texas, al menos 402 distritos escolares, aproximadamente un tercio en el estado, participan en un programa que permite que personas designadas, incluidos los miembros del personal escolar, estén armadas, según la Asociación de Juntas Escolares de Texas.
Otro programa, que requiere más capacitación, es utilizado por un número menor de distritos. La participación en ambos ha aumentado desde 2018.
Y en las semanas posteriores al tiroteo de Uvalde, los legisladores de Ohio facilitaron que los maestros y otros empleados escolares portaran armas.
Los demócratas, los grupos policiales, los sindicatos de maestros y los defensores del control de armas se oponen ferozmente a la estrategia.
Afirman que los programas de portación de armas ocultas en las escuelas, lejos de resolver el problema, solo crearán más riesgos.