Con apenas un 33 por ciento de almacenamiento de su capacidad la presa La Amistad y La Falcón en un 18 por ciento, el periodo de huracanes recién iniciado para la región de los dos Laredos son la esperanza para recuperación de captación de sus niveles.
Agustín Boone González, responsable de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), dijo que pasada la crisis del nivel del río Bravo, resta ahora que las presas de la región sean alimentadas con las lluvias provenientes de la temporada de huracanas.
Expuso que, de acuerdo al reporte sobre ciclones tropicales del Servicio Meteorológico Nacional, se tiene contemplado en pronóstico que para las costas mexicanas se pudieran impactar de cinco a seis sistemas de este tipo este año, entre 14 y 20 por el Pacífico y por el Atlántico sería de 15 a 20 fenómenos naturales.
Cabe señalar que la región de Nuevo Laredo está considerada como región de “paso de huracanes” desde hace algunos diez años, de acuerdo a los ajustes derivados del comportamiento registrado por el cambio climático.
“En el mes de mayo de cada año tenemos un taller con la contraparte de Estados Unidos, con la finalidad de analizar de acuerdo a la actualización del sistema hidráulico del río Bravo. Vemos en qué porcentaje están las presas y hacemos ejercicios hipotéticos en dado caso que se presenten huracanes”, comentó.
Abundó al citar que toda esa coordinación se lleva acabo cada año, para después llevar a efecto una reunión con autoridades locales a fin de observar las acciones que hay que adoptar.
Por lo que respecta la crisis solventada del nivel del río Bravo, dijo Boone González, se debió a los 217 milímetros acumulados de lluvias que se han registrado desde enero del presente año.