El miércoles, un primer grupo de civiles fue evacuado de Gaza y cruzó hacia Egipto como parte de un acuerdo mediado por Qatar. Mientras tanto, las fuerzas israelíes continuaron sus bombardeos en el enclave palestino desde tierra, mar y aire en su ofensiva contra los militantes de Hamás.
Las personas evacuadas se encontraban atrapadas en Gaza desde el inicio de la guerra, que lleva más de tres semanas en curso. Fueron conducidas a través del cruce fronterizo de Rafah y sometidas a controles de seguridad.
Al menos 320 titulares de pasaportes extranjeros y decenas de habitantes de Gaza gravemente heridos estaban entre los evacuados, los primeros beneficiarios del acuerdo negociado entre Egipto, Israel y Hamás.
Según fuentes diplomáticas, se espera que unas 7.500 personas con pasaportes extranjeros sean evacuadas de Gaza en las próximas dos semanas. El aeropuerto de Al Arish estaría disponible para llevar a las personas, y se espera que los primeros evacuados extranjeros viajen por carretera a El Cairo y vuelen desde allí.
A pesar de la apertura temporal del cruce fronterizo de Rafah y las esperanzas de otras iniciativas humanitarias, los ataques aéreos y de artillería israelíes continuaron en Gaza, lo que causó más bajas entre la población civil. Los hospitales lucharon debido a los cierres forzados por la escasez de combustible, que Israel ha negado permitir que los convoyes humanitarios lleven al enclave.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escasez de alimentos, combustible, agua potable y medicamentos en Gaza, así como por el elevado número de víctimas civiles en la región. La situación humanitaria se ha deteriorado considerablemente.
Jordania, uno de los pocos estados árabes que han normalizado relaciones con Israel, anunció que retiraría a su embajador de Tel Aviv hasta que Israel pusiera fin a su ataque en Gaza.
Mientras continúan los enfrentamientos entre Hamás e Israel, la población civil de Gaza sigue sufriendo las consecuencias de la violencia.