El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, confirmó por primera vez la implicación directa de Corea del Norte en la ofensiva rusa contra Ucrania, específicamente en la región fronteriza de Kursk. Durante su visita oficial a Pyongyang, Lavrov se reunió con el líder norcoreano Kim Jong Un y le agradeció abiertamente por el respaldo militar brindado, que incluye suministro de armas y tropas en operaciones clave.
Según la cancillería rusa, Lavrov destacó la participación de soldados norcoreanos calificados como “heroicos” por su papel en la expulsión de fuerzas ucranianas que habían logrado controlar extensas zonas de Kursk durante una incursión en agosto de 2024. Moscú afirmó que la recuperación de ese territorio fue posible en abril de este año gracias al apoyo de Pyongyang, reconociendo públicamente esta cooperación armada, algo que hasta ahora había sido solo una presunción de analistas y agencias de inteligencia occidentales.
Durante el encuentro, el canciller ruso subrayó que Corea del Norte ha reafirmado su respaldo “sin reservas” a todos los objetivos de Moscú en Ucrania. Asimismo, recalcó que la decisión de desplegar más tropas norcoreanas en otras partes del frente de batalla depende exclusivamente de la República Popular Democrática de Corea, nombre oficial del régimen de Kim Jong Un.
Este acercamiento militar entre Rusia y Corea del Norte se enmarca en una relación bilateral cada vez más estrecha, sellada con la firma de un acuerdo de defensa mutua firmado por el presidente ruso Vladimir Putin durante su visita a Pyongyang el año pasado. La coordinación entre ambos países no se limita al plano militar: Lavrov aprovechó para celebrar el restablecimiento de la ruta aérea entre Moscú y Pyongyang mediante la aerolínea Nordwind Airlines, que ya tiene permiso para operar hasta dos vuelos semanales. Además, se prevé relanzar próximamente conexiones marítimas.
El refuerzo de la alianza Moscú-Pyongyang ocurre mientras Occidente sigue suministrando armamento a Ucrania para sostener su resistencia en el conflicto que se prolonga desde 2022. En respuesta, la cooperación entre ambos países comunistas parece apuntar a contrarrestar la presión de la OTAN y Estados Unidos, ampliando la red de socios estratégicos de Moscú en Asia.
La revelación también intensifica la preocupación internacional sobre la posible expansión del papel norcoreano en otros frentes del conflicto. Organizaciones de derechos humanos y potencias occidentales podrían redoblar su vigilancia y sanciones contra Pyongyang, cuya participación directa rompe con décadas de aislamiento militar respecto a conflictos externos.