Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, renunció después de enfrentarse a duras críticas de legisladores republicanos y demócratas por las fallas de seguridad durante el intento de asesinato del expresidente Donald Trump el pasado 13 de julio. Cheatle fue cuestionada intensamente en su primer testimonio ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes sobre el ataque ocurrido en un mitin en Butler, Pensilvania.
Cheatle admitió que el ataque representó el «fallo operativo más significativo» del Servicio Secreto en décadas y asumió toda la responsabilidad por las fallas de seguridad. Sin embargo, sus promesas de rendición de cuentas no lograron calmar los llamados a su renuncia, incluso de miembros demócratas del comité como Jamie Raskin de Maryland.
Durante una acalorada audiencia de cuatro horas, Cheatle respondió preguntas sobre la decisión de permitir que Trump subiera al escenario a pesar de que el tirador, identificado como Thomas Mateo Crooks, había sido considerado sospechoso. Cheatle también defendió el número de agentes asignados para proteger al expresidente en el evento y citó la investigación criminal en curso del FBI para evitar discutir detalles específicos del ataque.
Cheatle insistió en que era la «mejor persona para liderar el Servicio Secreto en este momento» y afirmó su compromiso de garantizar que un incidente similar no vuelva a ocurrir. No obstante, las críticas se centraron en la decisión de no asegurar el techo de un edificio industrial cercano al escenario del mitin, donde el tirador estaba posicionado a unos 140 metros.
Antes de su nombramiento como directora del Servicio Secreto por el presidente Joe Biden en 2022, Cheatle ocupó un puesto de seguridad superior en PepsiCo y trabajó 27 años en la agencia. Su mandato estuvo marcado por escándalos previos en el Servicio Secreto, incluyendo la revelación de que agentes llevaron a mujeres, algunas de ellas prostitutas, a sus habitaciones de hotel antes de un viaje del presidente Barack Obama a Colombia en 2012, así como la eliminación de mensajes de texto durante el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021.
La renuncia de Cheatle subraya la necesidad de una revisión profunda y de medidas correctivas en la agencia para restaurar la confianza en su capacidad de proteger a los líderes nacionales.