La niña abandonada sin vida en una hielera hace más de tres meses en Tijuana, finalmente libró la fosa común y este lunes fue sepultada en el panteón municipal #13 de la ciudad con el nombre de Dulce María.
El último adiós fue en lo alto de una de las colinas tapizadas de cruces y flores, hasta donde llegó el cortejo fúnebre compuesto por aproximadamente una decena de vehículos.
«Le estamos dando una actividad muy bonita que a lo mejor ella se merecía en vida y nadie se la dio”, dijo Jessica García Lerma.
Ella fue quien a finales de octubre inició la movilización en redes sociales y encabezó al grupo de mujeres que logró junto a una asociación civil que les fuera entregado el cadáver que nadie reclamó y que la autoridad no logró identificar.
También consiguieron que la niña fuera veladasin costo este domingo por la noche luego de varias semanas de trámites y de tocar puertas en las oficinas de gobierno.
Liliana Camacho, la religiosa que dirige la casa hogar ´Sonrisas de ángeles´ y sirvió como organización no gubernamental intermediaria, comentó que este suceso debe dejar una lección a la ciudad porque fue un logro de la comunidad.